martes, 3 de marzo de 2015

Fundamentando




7. Fundamentando

La fe mueve montañas.
La fe las desarraiga, sobre todo.
Convierte la pendiente en una raya
por la que nada sube ni desciende.
'Dios' dices, y no hay dios en el Dios tuyo,
ni vértigo ni espíritu travieso.
Se mueven, sin embargo
ya están muertas.

2 comentarios:

  1. «Creer lo que nos vemos», eso era la fe según el viejo catecismo católico. Pero no recuerdo si decía que había que creer también al que decretaba qué era lo no visto. Me quedo, empero, con la sagacidad del viejo refrán que afirma "ver para creer". A lo que se ve (¡hélas!), todo estriba en un problema de vista y ceguera, luz y sombras. Y una duda: «En el país de los creyentes el tuerto es... ¿el virrey?» ☼

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  2. Acabo de leerles a mis hijos el capítulo de la novela 'El viento en los sauces' que da nombre al primer disco de Pink Floyd: 'El Flautista a las puertas del alba'. Mi religión, ciertamente, es esa un dios (o semidiós) que se deja intuir, y quizá incluso ver en un vislumbre, pero que luego voluntariamente se borra en tu recuerdo, para que puedas seguir con tus cosas, sin imponerte culto ni obligaciones, y desde luego sin autorizar a ningún mindundi mortal a dar órdenes en su nombre.

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